¡Hola chic@s!Hoy me siento
tremendamente feliz porque por fin ha llegado el otoño, mi estación
preferida sin lugar a dudas. Aunque hoy el termómetro marca unos
agradables 25ºC más propios del mes de junio, eso significa que
cada día iremos dejando un poco más atrás las altas temperaturas y
los días largos, para empezar a vestir chaquetas y foulards al cuello
y gozar de las tardes de lectura apoltronados en nuestros sofás con
tazas de delicioso café o chocolate caliente. Mmmmm...
Porque los que me seguís en Twitter ya
sabéis que no soporto el calor. Es más, lo odio. Y no por que sí,
sino que tengo motivos más que suficientes y muy reales para no
llegar a congeniar con él de ninguna de las maneras. ¿Queréis
saber cuales son? Pues poneros cómodos y coged un tentempié si
queréis, que ahí van.
1.- Sudor y manchas en la ropa.
El primero está claro y creo que es el que más nos incomoda a
todos. Y es que cuando sube el mercurio y encima vives en una zona
con tanta humedad como Barcelona, cualquier movimiento que hagas por
pequeño que sea, se transforma en gotas de sudor resbalando por todo
tu cuerpo y creando esos cercos de sudor tan feos y vergonzosos. Es
más, puedes salir tan fresca de tu casa que es plantarte en el andén
del metro a esperar tu vagón y entrar en él como si acabases de
correr una maratón. Así que ciertos tejidos y colores están más
que prohibidos si queremos evitar parecer cierto entrenador de la
selección española que se hizo famoso por sus sudorosas axilas.
Cuanto más oscuro o floreado sea el tejido, mejor. Aunque a ver
quien se arriesga con el negro en pleno mes de julio o agosto a las
tres de la tarde...
¡Y cuidado con los pantalones y faldas
cortas y el peligro de quedarse enganchado a la silla!
2.- Parte meteorológico y hombres
del tiempo. En verano me vuelvo una adicta al espacio de El
Tiempo de los telediarios. Siempre buscando que alguno me diga que va
a cambiar y se preveen lluvias o tormentas. Pero no. Todo son hombres
y mujeres sonrientes diciendo que vamos a gozar de un día espléndido
en la playa y lo calentita que está el agua del mar para bañarse.
¿En serio? Pero, ¡si el sol envejece la piel y el agua caliente
hace que proliferen las medusas! ¿Qué panda de masocas estáis
hechos?
3.- Maquillaje. Al igual que la
ropa, el maquillaje es un tema muy peliagudo. Yo no soy de las que se
pinta como una puerta y nunca me ha gustado. Pero reconozco que un
poco de color es salud y hay cosméticos y colores que son una
delicia para la vista y que no los compro en estos meses porque sé
que se van a quedar para vestir santos en el baño hasta el mes de
septiembre u octubre. No me apetece dedicar tiempo a pintarme si al
cabo de un rato mi cara va a sufrir una transformación inevitable
hacia la de Heath Ledger en su papel de Joker. Así que dejadme que
aplauda a esas chicas y mujeres que incluso a cuarenta grados a la
sombra son capaces de lucir espectaculares con sus labiales rojos y
los smokey eyes. ¡Sois mis ídolos!
4.- Visitas al baño para hacer
pipí. Fácil. Tienes calor, sudas, te da sed y hay que echarlo
por algún sitio, ¿no? Además de lo importantísimo que es
hidratarse para que no te de una insolación y acabes por los suelos.
Y si una ya es de por sí muy meona, imagínate si tu cuerpo lleva
más de los dos litros por día que se recomienda tomar. Cascadas del
Niagara cada vez que voy al baño por lo menos.
5.- La terrazas y las sombrillas. O
lo que vendría a ser algo parecido al juego de las sillas. Te
acercas a tomar algo a una terraza y ves como todas las que están a
la sombra están ocupadas y las que están disponibles requieren de
un manejo y dominio total de la sombrilla y la posición del sol. O
sea, que si vas a estar un rato tomándote el café (con hielo por
supuesto) o poniéndote al día con tu compi de turno, prepárate para
levantarte cada dos por tres para orientar la dichosa sombrilla en un
vano intento por estar más fresquita a no ser que ya se esté
poniendo el sol.
6.- Secador de pelo. Bueno, esto
es algo bueno o malo según se mire. Bueno porque ahorras en
electricidad (que por otro lado gastas en ventilador o aire
acondicionado) y no tienes que preocuparte por pillar un resfriado si
sales a la calle con el pelo mojado. Ahora bien, que levante la mano
quien sin secador (o plancha) tiene una melena como los anuncios de
Pantene. ¿Nadie? Uy, solo veo unas pocas manos arriba. Claro, porque
sin secador y planchas todas parecemos al tío Scar de El rey León
en un mal día (o sea aplastado) o a Helena Bonham Carter (bufado)
según el tipo de pelo que tengas y quieras conseguir.
7.- La comida. Este podría ser
otro punto bueno en vez de malo si tenemos en cuenta que con los
calores no nos apetece comer tanto o nos apetece algo más ligerito.
Y eso se traduce en menos ingesta de calorías. Pero no nos engañemos
tampoco, no señor. Porque, ¿qué pasa con esos deliciosos helados,
batidos, las tapas en las terrazas y esas paellas enormes al lado del
mar? Ajá. Sí, hace calor pero somos igual de glotones y somos
capaces de comernos hasta el palo del Magnum.
8.- Insomnio. Otra que se puede
resolver rápido con la siguiente ecuación: no puedo dormir = ojeras
= recurro al maquillaje para taparlas = ¡Horror parezco un panda!
¿Os suena del punto en el que hablábamos del maquillaje? No hace
falta decir nada más. Y no hablemos del mal humor que nos gastamos
durante el día, en busca de un momento para dar una cabezadita que
tampoco nos va a aportar los beneficios de un buen sueño reparador.
9.- Protector solar para una piel
blanco nuclear. Entiendo que la gente que es ya de por si muy
morena o con la que con un spray ya tienen suficiente, no se sientan
identificados con este punto. Pero una que parece ser hija del
creador de la lejía Neutrex, sufre mucho en este sentido. Y es que
no puedo salir de casa ni para ir a la esquina a buscar pan sin el
protector. Y no uno cualquiera, el de máxima protección para pieles
intolerantes al sol untado con esmero por todo mi cuerpo. Que por muy
buena que sea la crema y diga que se absorbe enseguida, es pringosa
como la que más y hace que la piel brille más que el pobre Iniesta
en una noche sin luna.
10.- Para hacer deporte o sacar al
perro hay que madrugar. Cualquier actividad física mejor hacerla
a primera hora de la mañana para evitar las horas de más sol. O eso
es lo que recomiendan los expertos. A ver señores, si no he pegado
ojo en toda la noche, ¿ustedes creen que voy a poder levantarme al
alba para correr, ir al gimnasio o simplemente sacar a pasear al
perro los tres cuartos de hora que necesita? Un café bien cargado y
gracias.
11.- El sexo. Un mito que no
estoy segura de que sea cierto. Siempre he escuchado decir que el
verano es más propicio para tener sexo porque hay más carne que
enseñar; estamos de vacaciones y nos desinhibimos, tomamos alguna
copita de más después de cenar, etc. Y estoy bastante de acuerdo si
no fuera porque cuando te pones a ello las manos resbalan y los
cuerpos se pegan como si os hubierais untado el cuerpo con aceite y
no es el caso ni mucho menos. Quizá en una piscina privada o en el
mar de noche sea una gozada, pero la cosa cambia si tienes que
conformarte con el asiento trasero del coche, el sofá o el revoltijo
de sábanas de tu cama. Lo siento pero a mí eso de no poder
acariciar la piel de mi pareja sin quedarme enganchada a ella no me
gusta. A mí me van los arrumacos bajo la manta y el “edredoning”.
Jejejeje
12.- Cuando llegas a casa no te
descalzas, le das al aire acondicionado o al ventilador. Comprobado.
Si el resto del año estás deseando llegar a casa para descalzarte y
ponerte las pantuflas, en verano te olvidas de ese callo que te está
haciendo la vida imposible y el Compeed que ya se ha caído de tanto
roce y corres hacia el mando del aparato de aire acondicionado o te
tiras en plancha para darle al botón del ventilador. Después ya
liberarás a tu cuerpo de los demás grilletes como tacones o
sujetador.
Por todas estas razones, hoy doy una
afectuosa bienvenida al otoño y al resto de meses y estaciones en
los que mi vida cobra sentido y es más plena. A los que os gusta el
verano ya habéis tenido suficientes días de playa y piscina. Darnos un respiro ahora a los que nos apetece un poco de fresquito.
Espero que os lo hayáis pasado bien leyéndome y espero vuestros comentarios. Este espacio es para
divertirnos, ponernos al día con nuestras lecturas e inquietudes y
todo aquello que haga que nuestros día a día sea más soportable.
Nos leemos en el próximo post.
¡Holaa! Estoy de acuerdo contigo en todo, yo no soy una chica de verano, y aunque la ropa me gusta más en esa estación, porque nunca encuentro un abrigo que me convezca, la verdad es que lo odio... Prefiero el otoño con sus tormentas y su días más cortos ^^
ResponderEliminarUn besito
Hola Aura,
EliminarCómo me alegra saber de alguien que me entiende, jejeje. Puede ser que la ropa sea más bonita en verano pero yo disfruto mucho con las sudaderas y mis Converse en los meses más fresquitos.
Y las tormentas y los días cortos y fríos me inspiran más.
Besos ;)
Hola guapaa!!
ResponderEliminarYo al revés que tú, estoy de luto. Mi querido verano ... ayyy ... 9 meses para verlo ... que duro va a ser!! También es cierto que yo soy de Asturias y eso se nota jajaja
Aunque entiendo cada una de tus quejas!! Muy buena entrada, me he reido mucho.
Un beso =)
Hola Sandra,
EliminarMe pone muy contenta que te haya gustado la entrada y hayas reído con ella. Hay que tomarse con sentido del humor las cosas que no nos gustan para no amargarnos demasiado la existencia, jejeje.
La verdad es que viviendo en Asturias entiendo que busques el sol. A mí el sol que calienta, no el que quema, también me gusta. Con lo que no puedo es con la humedad. Puaj!!
Besos ;)
¡Hola guapa! Me he reído cosa mala con el punto de ir al baño a mear. Por desgracia yo soy de las que retengo todo para mí, soy así de egoísta, así que mear, meo poco en verano, invierno y otoño (así que no hablemos de lo otro, pero no viene a cuento). A mí me gusta mucho el verano, pero claro soy de Burgos y aquí el verano es más tipo primavera y quitando un par de días, se lleva muy bien. Pero creo que soy más de otoño también. Eso sí, con el Invierno no puedo, que aquí es muy traicionero y helador.
ResponderEliminarUn besazo y que sea bienvenido. ^^
Hola Mart,
EliminarJajaja A mí me has hecho reír con tu comentario. Venga, no seas tan egoista y no retengas tanto que es muy malo. Jajaja
Ya veo que las dos somos de entretiempo nada de extremos. Mejor otoño y primavera que verano e invierno. Aunque no me importaría pasar un veranito ahí en Burgos si se está tan bien.
Besos ;)
Hola!!
ResponderEliminarLa verdad es que coincido contigo en prácticamente todo. No me gusta el verano. El calor te hace, además de sudar, estar anímicamente más cansada y rara. Porque no dormimos bien, porque es asfixiante (a no ser que tengas playa o piscina cerca, y si te gusta, claro, porque si no te gustan estos lugares, tienes un problema). Luego el hecho de que salir se vuelve un suplicio (al menos donde yo vivo, porque no me acostumbro al calor y el simple hecho de tener que salir de casa, coger el transporte público en el que casi nunca llevan aire acondicionado y llegar al lugar donde vas, ya llegas empapada y a disgusto). Así que, odio el verano y BIENVENIDO OTOÑO <3
Un beso!
Hola,
Eliminar¡Sí! ¡Bienvenido otoño! Me alegra que coincidas conmigo. Es verdad que a las personas que no nos gusta el calor, esta época del año nos hace estar menos activas y apáticas.
Así que aprovechemos ahora para hacer todo lo que nos ha dado palo hacer en los meses de calor.
Besos ;)
Y LOS MOSQUITOS, LOS MOSQUITOS HIJOS DE SATÁN POR TODAS PARTES -.-
ResponderEliminarLo que más rabia me da es lo del secador de pelo y las planchas para alisarlo. No me puedo secar el pelo porque SUDO CATARATAS y soy incapaz de plancharlo por la misma razón. Así que voy todo el verano con el pelo al natural, y el mío no es nada bonito XDD
¡Nos leemos!
Jajaja Es verdad. ¡Me he olvidado de los mosquitos!
EliminarRespecto a tu pelo, tranquila. Somos unas cuantas a las que nos pasa lo mismo.
Besos ;)