martes, 24 de febrero de 2015

Opté por la chica que hay en mí

En la entrada de hoy voy a hablaros de mi gran pasión por la lectura, ya que sin los libros es imposible poder darme a conocer bien y recelo de las personas a las que no les gusta leer. Así que si eres de l@s que no lees ni los envases de champú en el baño, este blog no es para ti. Y aprovecho para decir lo mismo sobre el amor hacia los animales, la espiritualidad y la naturaleza. Sé que suena seco o incluso borde pero llega un punto en la vida de toda persona en la que es mejor sincerarse desde un principio y no perder el tiempo con personas que no puedan aportar nada bueno y de las que luego sea demasiado difícil prescindir por miedo a no saber decir no o dañarlas. Así que:

“Prefiero causar molestias diciendo la verdad, que causar admiración diciendo mentiras”.

Para mí los libros son como un buen paseo por la montaña para respirar aire fresco y poner en forma mi cuerpo y alma. Sus historias hacen más que distraerme. Me preparan para afrontar toda clase de situaciones al ponerme en la piel de sus personajes y sufrir, reír, luchar, sobrevivir o madurar con ellos. Y me complace enormemente ser tan ecléctica en cuanto a géneros literarios se refiere porque así el disfrute es mayor y las emociones imposibles de mesurar. Mis gustos van desde la literatura juvenil pasando por la romántica (pero nada de portadas con damas y caballeros con el torso al descubierto y títulos del tipo “El conde que me enamoró” o cosas por el estilo); el thriller; la novela contemporánea en general, y, por encima de todo, el chick lit.

De pequeña ya era  un ratoncito de biblioteca. Disfrutaba con las lecturas que nos recomendaban en el colegio, la mayoría de las colecciones El Barco de Vapor; Gran Angular o Edebé; y que aún guardo en cajas en el garaje de mis padres. Así que no es de extrañar que a día de hoy casi no quepamos en el piso por la cantidad de libros que ido comprando y devorando uno tras otro sin parar desde la adolescencia hasta mis treinta y tantos.

Y llegados a este punto, quiero hacer especial mención a un día clave en mi vida como lectora y que estoy segura de que much@s apreciareis u os sentiréis idetificad@s. El día que cayó en mis manos la primera edición en español de “El Diario de Bridget Jones”  de la mano de la editorial Lumen un 23 de abril de 1999 (aunque la novela original en inglés llevaba publicada desde 1996). Yo contaba con veinte añitos y ya llevaba unos cuantos diarios personales a mis espaldas contando todas y cada una de mis batallitas adolescentes; el no sentirme comprendida ni amada; no acabar de encajar en ningún grupo y bla, bla, bla; cuando empecé a leerlo y me encontré con esa curiosa manera de escribir un diario contando cigarrillos (yo por entonces también fumaba), calorías, copas y quilos. Pero sobretodo la manera tan desenfada y sin pelos en la lengua para soltar todo lo que te venga en gana de manera que ni yo me había atrevido a escribir de mis propias experiencias. También es cierto que aún me faltaba un mundo por vivir y quizá hoy no me hubiese impactado tanto como entonces. El caso es que agradecí que una autora como Helen Fielding abriera las puertas a lo que con el tiempo se acabaría conociendo mundialmente como género chick lit.  Y a la entrañable Bridget Jones siguieron las alocadas hermanas Walsh de Marian Keyes; y demás personajes femeninos de escritoras como Jane Green, Sophie Kinsella, Carole Matthews, Emily Giffin y tantas otras a las que recientemente se unieron también nuestras autoras españolas. Olivia Ardey, Regina Román, Olga Salar, Connie Jett son algunos ejemplos de que en nuestro país hay mucho talento y que podemos emular e incluso superar a las que ya se han consolidado como Best Sellers internacionales.
Y como no podía ser de otra forma, todas esas lecturas me ayudaron a descubrir que yo era más una chica de espíritu libre que se contentaba con poco, que una mujer obsesionada con todos los aspectos de su vida del tipo “no voy a encontrar nunca el amor verdadero; no me casaré; no tendré hijos ni una casa preciosa; no podré presumir delante de mis amigas; o disfrutar de unas vacaciones en una playa paradisíaca tumbada al sol sin hacer nada mientras la niñera se hace cargo de los niños”. Pero, ¡¡cómo los he disfrutado y lo seguiré haciendo!! Porque me hacen reír y valorar lo que tengo y son mis auténticos amigos y están ahí cuando los necesito.

Me quedé con mis libros, mi música, mi mascota, mis paseos, la compañía reconfortante de mi mejor amigo, los capuchinos y el chocolate aunque estuviera sin empleo e hipotecada hasta las cejas. Opté por la chica que hay en mí.


“Quizás te des cuenta algún día que la Vida no exigía tanto de ti, tanto sacrificio, tanto cansancio, tal vez solamente te pedía ser feliz”.

2 comentarios:

  1. Optar por la chica que hay en ti está genial.
    Besos :*

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    Respuestas
    1. Muchas gracias maka. Tu sección de Conociendo a nuevos autores es de mis preferidas aunque no todos los libros me gusten. Lo bueno de ello es el buen trabajo que hay detrás.
      Un enorme abrazo

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