martes, 17 de marzo de 2015

Ángeles con pelo y patas

Hace unos días tuve la suerte de que cayera en mis manos el libro de Arturo Pérez- Reverte "Perros e hijos de perra". Pese a que la persona que me lo prestó es una amante incondicional como yo de los animales y sobre todo de estos peluditos, debo admitir que sentí cierto recelo por si debía leerlo o no. Soy una chica sumamente sensible y sufro muchísimo ante el maltrato animal. Así que no sabía si sería duro para mí leer según que artículos de la antología de la que se compone el libro. Para mi sorpresa fue todo un alivio comprobar que el señor Pérez-Reverte sabe dosificar las dosis exactas de realismo con la crítica y la denuncia social a la par que utiliza la palabra "chucho" de la única manera que alguien que los ama y respeta como a uno más de la familia puede hacerlo.

Pues eso es lo que son para nosotros: un amigo y, en muchas ocasiones, el único miembro de la familia que tú has podido escoger a parte de tu pareja.

Ya os adelanté en una de mis primeras entradas que no confío en las personas que no quieren a los perros. No hace falta que tengan uno en casa. Soy consciente de que no todo el mundo puede hacerse cargo de ellos y lo prefiero así antes que cometer la gran estupidez de "probar" para después hacer sufrir al pobre animal abandonándolo o devolviéndolo a la protectora, cuando él o ella ya nos han cogido afecto y puedan llegar a sentirse culpables por haber hecho algo mal para que ya no los quieran en casa.  Porque eso es precisamente lo que ellos sacan en conclusión de nuestro acto de abandono. Culpabilidad por no haber dado a su propietario/a todo lo que él/ella esperaba de él. Los perros solo saben dar: afecto, compañía, lealtad, juego... Cualidad de la que la mayoría de seres humanos carecen. Porque, ¿para qué voy a dar nada a nadie sin recibir algo a cambio?

Tener una mascota es una responsabilidad enorme y para muchos años. Y ahora quizá reciba críticas por la comparativa que voy a hacer con los hijos. Así que aviso que podéis para de leer ahora o seguir adelante para dar voz a l@s que hemos decidido llevar una vida diferente a la "políticamente correcta" según esta estúpida sociedad.




De la misma manera que en su día sopesé todos los pros y contras de tener un hijo o no, lo mismo hice a la hora de adoptar una mascota. Y después de haber tenido dos os puedo asegurar que acerté totalmente en mi decisión. Pues a cambio de cumplir con mi responsabilidad de educar, vacunar, pasear, dar alimento y juego a mi perro, lo que yo he recibido por su parte es tan grande que casi no se puede expresar con palabras. Solo sentirlo y dar gracias por ser tan afortunada de tener a mi amigo en todo momento ya se acabe el mundo.

Por eso me duele tanto y me invade la ira cuando, sin venir a cuento, alguien me llama la atención cuando paseo con él. Soy una propietaria responsable que lleva a su chucho atado, recoge sus excrementos y sabe evitar posibles conflictos con otros perros o niños que se acercan a tocarle sin preguntar antes si pueden hacerlo. Por eso no logro entender porque hay gente que les quiere hacer daño y no se cortan a la hora de decir algo o, lo que es peor, poner trampas en calles, parques o en la montaña para que acaben muriendo por haber ingerido veneno o cosas peores. ¿A caso voy yo por ahí llamando la atención a las madres que se sientan a cotorrear durante horas en la cafetería, mientras sus "churumbeles" incordian a las demás personas que intentamos mantener una conversación o leer un libro? ¿O me meto en su educación cuando los veo tirar papeles al suelo, mientras yo recojo la caquita de mi perro en una bolsa y la tiro al contenedor o papelera más cercana? No, no lo hago ni es mi intención hacerlo. Pero ¡ojo! si algún día uno de esos niños  o adultos cascarrabias intentan hacerle daño a mi peludo, responderé como una mamá leona defendiendo a sus cahorros.
Porque tengo la sensación que aún queriéndolo tanto como lo hago, él siempre irá un paso por delante de mí hasta el punto de sacrificarse para que yo esté bien.

Y llegados a este punto, os recomiendo tanto para los que tenéis como no un perro o varios en vuestra vida, la lectura de "Perros e hijos de perra". Una lectura ágil -yo me lo leí en el tiempo que dura un partido de fútbol- que os hará reflexionar sobre la crudeza de la condición humana ante la bondad y nobleza de estos ángeles con patas.

O si preferís una película para toda la familia -ya que es importante que los niños aprendan a querer a los animales en la infancia para hacerles mejores personas-  os recomiendo estas dos:

"Siempre a tu lado, Hachiko" del director Lassa Hallström basada en Hachikõ Monogatari de Kaneto Shindô en la que se narra una historia real del pacíficoperro japonés que lleva el mismo nombr que el film.



O,
"Marley y yo" basada en la historia real del oeriodista estadounidense Jhon Grogan, el cual escribió sus vivencias con su perro Marley, en la novela autobiográfica titulada con el mismo nombre que el fime y que se convirtióen uno de los bestseller más populares según la lista del New York Times en el 2005.



Si no acabáis llorando a moco tendido con ambas id pensando si verdaderamente sois personas o simple máquinas con apariencia humana.

Aquí os dejo los datos del libro que ha motivado esta entrada.  ¡Que lo disfrutéis!





Perros e hijos de perra de Arturo Pérez-Reverte
Ilustrado por Augusto Ferrer-Dalmau
Editorial Alfaguara, 2014
Número de páginas: 156 págs.

《He tenido cinco perros. No hay compañía más silenciosa y grata. No hay lealtad tan conmovedora como la de sus ojos atentos, sus lengüetazos y su trufa próxima y húmeda. Nada tan asombroso como la extrema perspicacia de un perro inteligente. No existemejor alivio para la melancolía y la soledad que su compañía fiel, la seguridad de que moriría por ti,sacrificándose por una caricia o una palabra.》

Perros de presa adiestrados por gente sin escrúpulos, un chucho mejicano tuerto y digno, el fila brasileño que no era un asesino, Jemmy y Boxer, que cruzaron elValle de la Muerte con la Brigada Ligera, el perro flaco y bastardo de la batalla de Rocroi, o Sherlock, el teckel de pelo fuerte y sólidos silencios, son algunos de los protagonistas en los artículos escritos por Arturo Pérez-Reverte entre 1993 y 2014 que se recogen en esta antología, ilustrada por el pintor Augusto Ferrer-Dalmau.

Arturo Pérez-Reverte nació en Cartagena, España, en1951. Fue reportero de guerra durante veintiún años. Con más de quince millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, varias de sus novelas han sido llevadas al cine y la televisión. Hoy comoarte su vida entre la literatura, el mar y la navegación. Es miembro de la Real Academia Española. 

《Ningún ser humano vale lo que un buen perro. Cuando desaparece un perro noble y valiente, el mundo se torna más oscuro. Más triste y más sucio.》

Y recordad: no compréis, adoptad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario